Puedes, sin necesidad de gastarte mucho, mezclar allí relatos de sueños -los que nos cuenta todo el mundo (
José Pulido: La Circunvalación Poética)-
con recetas de cocina, fórmulas de alquimia casera y de salud;
mezclarlo con poemas “especiales” -quiero decir, que puedan servirle al
lector para ocasiones especiales- y cuentos eróticos, y cuentos de
hadas, y consejos de belleza (
Belleza)… Autoayuda (
La princesa que creía en los cuentos de hadas),
yoga, gimnasia, psicoanálisis improvisado e improvisaciones sobre cómo
escribir un diario íntimo que pueda ser leído por otros, por ejemplo;
fórmulas sobre cómo escribir cartas de amor, de odio, de pedido de
empleo (
La mujer mayor de 40 años).
También capítulos con estos nombres, para enviar a revistas femeninas (
“Ojos”, la revista parlante):
“Los lápices de labios”, “El perfume”, “Los objetos deseados”, “Los
zapatos”, “Accesorios para la mirada”, “Las vitaminas” (hablar también
de “las del alma”: el amor, la pasión por las estampillas, etc.). Ya
mismo empiezo con el primero.
Los lápices de labios
Es indudable que estos objetos en nada se asemejan a, por ejemplo,
un par de zapatos. Ya sólo el hecho de que se expendan casi sin
excepción por unidades exime de mayores comentarios sobre una
inexistente afinidad.
El buen lápiz de labio debe ser, en primer lugar, un
bello objeto. Se han conocido en épocas pasadas lápices de labios cuyo
envase era un conito de oro trabajado por artesanos, o de plata
finamente labrada. Sin pedir tanto, una señora debe estar atenta a la
satisfacción de su primera mirada cuando pide, en la perfumería, tal
instrumento de belleza. Las reglas -a veces pueden quebrarse, pero en
muy artísticas ocasiones- norman que el lápiz debe medir no más de 2 cm
de diamétro y de 8 cm de largo. Jamás una mujer admitirá un labial
miniatura; tampoco esos objetos largos y lánguidos que son los labiales
permanentes, que sólo traen para “embellecer” algo así como un betún
opaco.
El color y el brillo dependen de factores tan diferentes como el
tiempo, la edad, la estación del año, el tono de la piel, de los ojos,
del pelo y de la ropa de la que lo usa, tanto como del tamaño de los
labios y el estilo. Es un conjunto de factores que da tanto para un
tratado de filosofía como para otro de plástica, y alguno de
meteorología y moda.
Por Mora Torres.
Sugerencias del
Lector
Empresa, Economía
y Negocios
Computación e
Internet
|
|
Ciencia y
Tecnología
Salud
Política e
Internacionales
Educación, Cultura
y Sociedad
|